Vamo arriba el manya
El estadio quedó vacío y mudo. El papel picado remontaba vuelo
desde la tribuna. Peñarol sufría una
derrota dolorosa.
Un jugador sale en
ambulancia al hospital, el técnico es cuestionado ante la presión de dirigir un
equipo grande. La gente ve como su equipo es goleado en su propia cancha, no
hay nada para festejar y a la vuelta de la esquina la realidad de todos los días,
la vida sin victoria. Los únicos alegres son un puñado de hinchas colombianos
que aguardan para salir del estadio.
Al rato se apagan las luces, los
simpatizantes de El Nacional piensan que se olvidaron de ellos en el coloso de
cemento.
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