La bajada del Río
Las ruinas no era para W. Benjamin otra cosa que la
acumulación histórica, el fracaso del Progreso. En la ciudad de Federación (Argentina) las ruinas que
descubre el río Uruguay en sus bajadas conforman los vestigios de una historia
oscura.
A fines de los 70 la dictadura argentina decide sin
consultar a sus habitantes mudar toda una ciudad de Entre Ríos. La vieja Federación
se encontraba en uno de los puntos hundibles donde el proyecto de la represa de
Salto Grande se llevaría a cabo. Las dos dictaduras del Río de la Plata
acordaron la construcción de esta represa que proveería de energía más que nada
a Uruguay.
El primer precio lo pagaron los habitantes de Federación
quienes tuvieron que mudar su ciudad sin protestar. ¿Cómo una administración sea
castrense o civil puede pensar que se mudan los recuerdos, las experiencias
vividas, los días de escuela, aquel beso o las tardes de mate frente al río?
La nueva Federación armada a una velocidad luz tenía un
diseño funcionalista y que respondía a una utilidad casi manifiesta y militar.
Sin lugares de reunión civil, construcciones idénticas donde los niños al
volver a sus casas se confundían de puerta. Donde todos sus habitantes sabían dónde
estaba el baño en la casa de sus vecinos.
Es en el caso de Federación donde se puede ver el grado simbólico
y descabellado de las ideas dictatoriales, donde parece que se puede hacer lo
que se quiera sin importar nada. Acá no hubo represión, no se disparó una bala
pero los hilos fascistas actuaron con cara descubierta a tal grado que el
propio Videla bajo en helicóptero a inaugurar la Nueva Federación junto al
gobernador de Entre Ríos.
Pero la memoria es un bichito perseverante que siempre late.
Si bien la represa tapó la antigua ciudad que fue demolida porque se pensaba
que los barcos podían navegar esas aguas. En las temporadas de bajante aparecen
las huellas de la historia y piden ser contadas.
Es la misión que Estefanía Santiago, artista visual
entrerriana, sintió que debía realizar y su obra ronda estas ideas y esta
historia en particular que la vincula ya que su familia tuvo que ser re alojada a la nueva ciudad.
Su padre aún sueña que está en la ciudad bajo el agua, lucha
para que no borren los recuerdos de su juventud. Recuerdos que no tiene más
referente físico pero que permanecen en la sana memoria del hombre.
Me sentí con vergüenza después de entender que Uruguay había
participado de todo esto. Luego descubrí que una ciudad en la orilla opuesta a Federación
también había sido abandonada y hundida. La ciudad de Constitución en Salto
sufrió la misma suerte que su hermana Federación.
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